Arte y Cultura

Tránsito sereno de Porfirio Díaz

Martín Luis Guzmán recrea el ocaso del ex dictador en el exilio

POR: Ricardo Flores Miranda

Desde hace 100 años los restos mortales del ex presidente de México Porfirio Díaz Mori permanecen postrados bajo la superficie de la tierra, en una tumba en el cementerio de Montparnasse, de la ciudad de Paris, Francia, sin que exista esperanza alguna de que sean repatriados al suelo que lo vio nacer, a su querida Oaxaca. El que fuera considerado “héroe de la patria” por la defensa del territorio mexicano en la invasión militar francesa en los años 1862 a 1867, en sus años mozos, para convertirse en el férreo dictador del México por más de tres décadas, falleció en una mañana del 2 de julio de 1915 a los 85 años de edad, en su apartamento parisino, rodeado de sus más cercanos familiares. Para conocer un poco más del ocaso de Porfirio Díaz le recomendamos lea el capítulo titulado “Tránsito sereno de Porfirio Díaz” integrado en el libro “Muertes Históricas” del escritor Martín Luis Guzmán, donde el literato recrea en una extraordinaria reseña novelada los últimos tres meses de vida del singular personaje que vivió cuatro años en el destierro (1911 a 1915), a partir de la renuncia a la Presidencia de la República el 25 de mayo de 1911. Sin olvidar, además, los 100 años que lleva extinto en tierras francesas, posiblemente añorando el regreso a su Oaxaca querida como lo narra el literato, quien recoge aquellas frases sueltas que el anciano ex estadista dejaba escapar en su trance agónico. A media mañana del 2 de julio la palabra se le fue acabando y el pensamiento haciéndosele más y más incoherente. Parecía decir algo de la Noria, de Oaxaca. Hablaba de su madre: “Mi madre me espera.” El nombre de Nicolasa lo repetía una y otra vez. A las dos de la tarde ya no pudo hablar. Era una como parálisis de la lengua y de los músculos de la boca. A señas, con la intención de la mirada, procuraba hacerse entender. Se dirigía casi exclusivamente a Carmelita. “¿Cómo?” “¿Qué decía?” “¡Ah, sí: la Noria!” “”¿Oaxaca?” “Sí, sí: Oaxaca, en Oaxaca; que allá quería ir a morir y descansar” … A las seis y media expiró, mientras a su lado el sol lo inundaba todo en luz. No había muerto en Oaxaca, pero sí entre los suyos. Rodeaban su cama Carmelita, Porfirito, Lorenzo, Luisa, Sofía, Maria Luisa Pepe, Fernando González y los nietos mayores… Esta fabulosa narrativa novelada nos ilustra también de la fortaleza del anciano octogenario, de sus paseos rutinarios a pie o a caballo en compañía de sus nietos que le sentaban bien. Lo vigorizaban. De las reuniones familiares, donde la revolución de México era el tema central de las conversaciones; al igual que la contienda de la primera guerra mundial, en fin sus amigos, sus parientes a los que les hacían llegar cartas, que escribía de su puño y letra. “Muertes Históricas”, es un libro editado por el Fondo de Cultura Económica, que además trae como parte de su contenido narrativo la muerte de Venustiano Carranza, que mediante la pluma de Martín Luis Guzmán, es una garantía conocer el ocaso de los personajes de la historia de México.

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