Una de las balas asesinas entró por debajo del ojo izquierdo y salió por el hombro. Le destrozó los huesos de media cara, cortó el nervio y rozó el cerebro, que se inflamó tanto que tuvieron que quitarle toda la tapa de la cabeza. Durante meses estuvo con el cerebro al aire y con el pedazo de cráneo metido, para su conservación, bajo la piel del abdomen (al final tiraron el hueso y le pusieron una pieza de titanio).
TLALNEPANTLA, Méx.- Al rendir protesta como presidente municipal sustituto de Tlalnepantla, Guillermo Alfredo Martínez González, afirmó que este año es de grandeza para Tlalnepantla y los meses que vienen serán decisivos para detonar las reformas estructurales de México y sostener el crecimiento económico del municipio.