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La “Quema De Judas”, Tradición Centenaria Que Perdura

  • Costumbre popular que prevalece desde hace más de 400 años
  • Manuel Gutiérrez Nájera escribió el ocaso de la tradición en 1888
  • “Los judas son obras de arte destinadas a ser sacrificadas”: Diego Rivera
  • Subsiste la quema en la Plaza de Santo Domingo de la ciudad de México y en la Plaza de los Mártires de la ciudad de Toluca

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Por Ricardo FLORES MIRANDA

La “Quema de Judas” en las calles de nuestro México , tradición que data desde hace más de 400 años, aún prevalece en el entusiasmo de la gente como una costumbre popular el Sábado de Gloria, o Sábado Santo, fecha final de la Semana Mayor.

Esta práctica centenaria que inician los artesanos pictóricos con la elaboración de los monigotes monstruosos y figuras diabólicas representando a Judas Iscariote, el traidor de Jesús, en vísperas de la Semana Santa, sigue “viva” gracias a la iniciativa y promoción de personalidades del arte, así como de instituciones de cultura que promueven concursos para mantener vigente la elaboración de los Judas.

“Los judas son obras de arte destinadas a ser sacrificadas, para alegría y diversión del pueblo que las produce… El valor plástico de los Judas es enorme, es indudable que como objeto plástico, expresión conjunta de estructura, forma y color, en el arte del México actual, son indudablemente lo más valioso”.

Escribía Diego Rivera, uno de los grandes muralistas, en “Espacios”, revista integral de arquitectura y artes plásticas, en junio de 1949, en un artículo titulado “Los Judas”.

El amor del maestro Rivera por el arte popular mexicano se refleja en su obra pictórica en lienzos y murales, tanto que los judas no escaparon de sus pinceles y con gran destreza plasmo artísticamente la algarabía que el ritual de los judas provocaba en la gente del pueblo.

También, descubrió en las grotescas esculturas de cartón y papel la habilidad artística de los artesanos mexicanos que son de lo más valioso, reconocidos a nivel mundial.

Diego Rivera y su esposa Frida Kahlo fueron grandes apasionados del arte popular y coleccionaron alrededor de 500 judas confeccionados por los grandes “juderos”: Carmen Caballero y Pedro Linares.

Gran parte de esa colección se exhibe en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, conformada por figuras hechas de carrizo y cartón.

La tradición de la “Quema de Judas” en México procede de tiempos muy antiguos, aunque no se puede precisar exactamente cuándo comenzó. Unos historiadores relacionan esta costumbre con las “Fallas de Valencia” (Las Falla (antorchas en latín) son unas fiestas que se celebran con una tradición arraigada en la ciudad de Valencia). Cuando los turcos invadieron España se fomentó en la Península Ibérica la afición por la pirotecnia; con los excedentes de madera que quemaban con pólvora dando origen a las “Fallas de Valencia”.

Después de la conquista a los pueblos mesoamericanos por parte de los españoles, los frailes evangelizadores idearon algo similar a las “Fallas de Valencia”, en la época virreinal, aplicándolo en la Semana Santa con la quema de Judas.

Existe otra versión histórica de indica que La Quema de Judas “data del siglo XVII y surgió como una parodia de las ejecuciones realizadas por el Santo Oficio de la Inquisición que quemaba a los herejes; a los prófugos o herejes se les quemaba en armazones de carrizo y los niños que asistían a las ejecuciones, con esa tendencia imitativa que los caracteriza, iban a sus casas y quemaban muñecos que fingían ser los reos del santo tribunal. Con el tiempo, la quema de Judas dejó de ser un juego de niños y pasó a ser diversión de adultos”.

Algunos escritores del Siglo XIX, como el literato, poeta y cirujano mexicano Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895) se quejaban de que esta costumbre estaba en vías de desaparecer. El propio Gutiérrez Nájera escribió el ocaso de la tradición en el año de 1888, en uno de los periódicos de la época.

Lo histórico es que la tradición pagano-religiosa de La Quema de Judas es arcaica.

En el pasado, las familias al finalizar la Cuaresma y la Semana Santa, el recogimiento que había imperado durante más de un mes –cuarenta días-, se rompía ante la algarabía popular: a las campanadas que seguían por abrir la gloria se quemaban los judas dentro de una festividad popular en los barrios, en las calles de las ciudades y en la plazas públicas, como sucede en la actualidad en la Plaza de Santo Domingo de la ciudad de México y en la Plaza de los Mártires de la ciudad de Toluca, entre las principales.

Este año, como en años anteriores, los monigotes de cartón, varas y carrizo con rostros de políticos, gobernantes, famosos actores de la farándula, comerciantes voraces y banqueros usureros, arderán envueltos en llamas y cohetones, ante la expectación, risas y alegría de niños, jóvenes y adultos al ver como tronaban los legendarios judas.

En este 15 de abril no se pierda de disfrutar de esta tradición popular con profundas y significativas raíces históricas.

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