Por Carlos Monroy Hermosillo
* Los mexicanos atrapados entre la mafia en el poder, sus negocios y acuerdos con el crimen organizado.
Toluca, Estado de México.- El presidente Enrique Peña Nieto aseveró que la propuesta para la creación del Mando Único de Policía Estatal, presentada desde hace un año en el Congreso de la Unión, no se ha podido consolidar, lo que perjudica la lucha contra el crimen organizado en el país. Agregó que hoy las organizaciones delictivas tienen equipo mucho más sofisticado, mayores capacidades financieras y de equipamiento, por lo que es necesario gestionar recursos para que las corporaciones policíacas puedan estar mejor capacitadas, preparadas, organizadas y articuladas, para que le den mayor robustez a la capacidad que tiene el Estado mexicano en materia de seguridad.
“Más de mil 800 corporaciones policíacas en el país no puede enfrentar el crimen organizado sin suficiente capacitación, preparación, equipamiento. No puede ser la mejor manera de hacerle frente al crimen organizado y el objetivo de consolidar 32 policías a nivel nacional es para que realmente se dé la lucha a la delincuencia”.
Pero lo cierto es que el mando único siempre lo tuvo el PRI en su papel de partido gobernante y hegemónico (casi único), pero ahora compartiendo el poder con otras fuerzas políticas se le dificulta la tarea tanto en el control militar como policial y le hace crisis el esquema político; el cuadro entra en caos. Estamos en ruta hacia un Estado policial-militar… En el antiguo PRI existía el 4to sector que era el militar… hoy vuelve a las calles con el pretexto de combatir al narcotráfico ante la corrupción e incapacidad de los cuerpos policiacos para hacerlo, pero también en otra guerra sucia en contra de campesinos, estudiantes y maestros, con lo que su presencia e influencia en la política nacional va en aumento, tanto con sus recursos financieros, como con las consecuencias que esto implica.
Los mexicanos estamos atrapados entre la mafia en el poder, sus negocios y acuerdos con el crimen organizado (como se percibe en las aportaciones para campañas político-electorales) y asolados por la delincuencia común… Como escribe Fabrizio Mejía Madrid en «Un Hombre de Confianza», de recomendable lectura: «¿Quién podría saberlo? La política mexicana es ya una confusión entre poder y criminales, funcionarios rateros y asesinos a sueldo». Una superchería más, simulación, fraude y engaño. ¿Cuál mando Único?
Todo en aras de «la paz social» y la «estabilidad política» o el «quiero paz» de Luis Echeverría. Entre la sierra de Atoyac en el Guerrero de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas: la guerra sucia de los setentas; y ahora Iguala, Guerrero, siempre el Guerrero abandonado y sufrido, pasando por Aguas Blancas, y otra vez Guerrero, en Tierra Blanca; Acteal en Chiapas y San Salvador Atenco y Tlatlaya, en el estado de México. Pero también Apatzingán y demás pueblos sitiados de Michoacán, Tamaulipas, Coahuila, Chihuahua, Veracruz etcétera. Y la sistemática violación a los derechos humanos de maestros, estudiantes, mujeres y niños, campesinos despojados de sus tierras en este país. ¿La guerra sucia de siglo XXI?