- Vendrán otros cómicos que harán reír a las nuevas generaciones
- En los últimos ocho años ha vuelto a ser el comediante de moda
Por Ricardo FLORES MIRANDA
El actor Eduardo Manzano ha vuelto a ser el comediante de moda, en los últimos ocho años; consentido de niños, jóvenes y adultos a partir de la caracterización de “Don Arnoldo López Conejo”, el abuelo consentidor, bonachón y hasta cómplice de travesuras y maldades con sus nietos de la serie televisiva y teatral “Una Familia de 10”, con el cual el público ríe, se divierte y goza plenamente al personaje surgido de la producción que inicia Jorge Ortiz de Pinedo, en el año 2007, para la televisión comercial.
Don Eduardo, marcó un estilo singular en la década de los 60 y 70 del Siglo XX al integrar con el comediante Enrique Cuenca el dúo cómico “Los Polivoces”, que además de imitar una diversidad de voces de artistas y cantantes de la época, dio “vida” al galanazo “Gordolfo Gelatino”, al pazguato “Don Teofilito”, al tirano “Agallón Mafafa” y al entrometido “Wash and Wear”, entre otros personajes inolvidables que recuerdan con añoranza los adultos mayores de la segunda y tercera edad, principalmente.
Entrevistado en exclusiva para los lectores de la REVISTA MATICES, en la 44ª edición de la entrega de las “Diosas de Plata” a lo más sobresaliente del cine mexicano por parte de la asociación de Periodistas Cinematográficos de México (PECIME), momentos antes de que actrices, actores y productores iniciaran la pasarela por la alfombra roja que los condujo al escenario del Teatro 1 del Centro Cultural, Don Eduardo Manzano nos expresó su opinión con respecto a la evolución qué ha tenido la comedia y sus protagonistas en nuestro país, en los últimos 50 años, como lo es en particular su propio proceso histriónico.
-“En la comicidad todo es cíclico, todo va cambiando, hay nuevos comediantes, nuevos chistes, nuevos personajes, todo va de acuerdo a los tiempos y circunstancias culturales y sociales que vivimos; en fin, la comedia nunca va a morir. Vendrán otros cómicos que harán reír a las nuevas generaciones de niños y jóvenes”,
-¿Cómo lo ha tratado el público en su actuación del abuelo Arnoldo López Conejo de la Familia de 10, ahora en su versión teatral?
¡¡¡Geeeeeeeeeeniaaaaaaaallll!!!… Aclamó eufóricamente su famosa expresión públicamente popularizada, acompañada de sus originales gesticulaciones, para añadir:
-“Maravillosamente, maravillosamente. Estoy muy contento, estoy muy feliz, porque hemos hecho una mancuerna con Jorge Ortiz de Pinedo y todo el elenco artístico, primero en televisión, ahora en teatro”.
En su segundo ¿oh, tercer aire de vida actoral?, además de su intensa actividad artística en televisión y teatro, meses atrás, participó en la película “En el último trago”, filme bajo la dirección de Jack Zagha, y que es un filme en homenaje al cantautor guanajuatense José Alfredo Jiménez, que a decir de Don Eduardo Manzano “no es comedia, es un drama, es algo diferente. Mi personaje es un viejito leído y escribido, que busca corregir a los demás. Conmigo participan tres grandes actores, José Carlos Ruiz, Luis Bayado y Pedro Weber “Chatanuga”
¿En su carrera actoral qué significa para usted este nuevo filme, donde participan cuatro grandes actores?
-“En lo personal significa un eslabón más en mi carrera exitosa, a Dios gracias, quiero ser modesto definitivamente, y pues ha tenido mucha aceptación con el público. Estoy muy feliz, estoy muy contento”.
-¿A lo largo de su trayectoria artística cómo la ha venido desarrollando a lo largo de los años sin perder popularidad?
-“Bueno, siempre he sido muy bien administrado en mi vida artística, también muy ordenado, y en mi concepto, creo que es una de las bases principales para que uno perdure dentro de la publicidad y dentro del gusto de público”.
El actor Eduardo Manzano a sus 77 años de edad sigue activo, dinámico y sonriente con sus fans y admiradores, integrado por niños y adolescentes, quien llaman cariñosamente “abuelo, abuelo, abuelo Arnoldo”, ya sea para tomarse la foto del recuerdo y pedirle el consagrado autógrafo en una simple hoja de papel, en la solapa del libro, en la libreta, bueno hasta el espacio en blanco del periódico, buscan que impregne la dedicatoria y la rúbrica del actor que desde hace ocho años personifica al bonachón Don Arnoldo.