Doctorante Carlos Bardavio Antón
Investigador de la Universidad de Sevilla
Concluimos en un anterior artículo que la Ley Atenco amplía excesivamente y de forma confusa el uso de la fuerza y armas como única alternativa ante un peligro indeterminado y no objetivado. La ley en este caso genera un déficit de comunicación normativo que incurre en la paradoja de orientar en el uso de la fuerza en un horizonte indeterminado de conductas ciudadanas, y esto posibilita la vulneración indiscriminada de la institución de los derechos fundamentales.