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Recordando el encuentro de Ernesto Cardenal y Eduardo Lizalde.

Por: Raúl Hernández

Epígrafe: “La poesía siempre podrá servir como vehículo para un encuentro humano.”

Dentro del marco de las celebraciones del 50 aniversario de la casa editorial Siglo XXI, se realizó un encuentro poético en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario (CCU) de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el que se dieron cita el reconocido poeta nicaragüense Ernesto Cardenal y el poeta y catedrático mexicano ―recién galardonado con el premio Carlos Fuentes a la creación literaria― Eduardo Lizalde; dicho encuentro terminaría siendo una especie de homenaje al mencionado poeta nicaragüense por medio de la realización de la lectura de sus poemas en voz propia.

El encuentro comenzó con una pequeña semblanza de la labor literaria de ambos protagonistas, en la cual se dio un esbozo de la calidad de los escritores; y, por lo tanto, la relevancia que este evento tenía en la difusión y conocimiento de la palabra poética de ambos. Adicional a la producción escrita, se hizo especial énfasis en la participación política activa que ha desempeñado el padre Cardenal dentro de la lucha en su país por el derrocamiento de la dictadura representada en la figura de Anastasio Somoza.

Ernesto Cardenal en el evento, comenzó con algunos poemas de juventud, los cuales tienen la frescura de la adolescencia, así como una temática amorosa, con una ligereza que pueden percibidos y apreciados por una gran cantidad de personas. Entre dichos poemas encontramos sus Epigramas, publicados por primera vez en el año 1961; y que, a pesar del tiempo, siguen siendo un punto indispensable para conocer al poeta y lograr una visión más amplia dentro de la evolución de su producción poética. Reproducimos en seguida una de los textos leídos en el encuentro publicado en el libro antes mencionado:

“Al perderte yo a ti tú y to hemos perdido:

yo porque tú eras lo que yo más amaba

y tú porque yo era el que te amaba más.

Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:

porque yo podré amar a otras como te amaba a ti

pero a ti no te amarán como te amaba yo”

El aplauso unísono por parte del público asistente no se hizo esperar dentro de la sala. A dicho poema siguieron varias lecturas de la vasta producción que ostenta el padre nicaragüense, entre las que se tuvo el agrado de escuchar algunos de los versos revolucionarios en el largo poema que significa una exaltación a la figura de Augusto Sandino, compatriota revolucionario; versos en los que se reconoce la unidad del ejército del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), donde enuncia el poeta “El abrazo es el saludo de todos nosotros/ Todos nosotros… Todos somos iguales,/ Aquí todos somos hermanos”. Cite que funciona como claro ejemplo de la causa en búsqueda de la equidad que buscaba la revolución.

En seguida, el padre Cardenal dio paso a la recitación de su poema “Oración por Marilyn Monroe”, mientras Eduardo Lizalde guardaba silencio y era partícipe del casi solemne homenaje, en una muestra de sencillez y respeto hacia el gran escritor nicaragüense. Este último comenzó a recitar su “Oración…” mientras el público expectante escuchaba con suma atención esos versos que dicen “Señor/ recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el / nombre de Marilyn Monroe/ aunque ese no era su verdadero nombre / (pero Tú conoces sus verdadero nombre, el de la huerfanita/ violada a los 9 años/ y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar); versos que nos muestran una faceta distinta del autor, complementando la galantería amorosa de juventud, la militancia política y ahora, en estos, una sensibilidad hacia lo humano, reconociendo como un ser frágil a esa persona que tanto deformó el ámbito hollywoodense.

Para dar cierre al encuentro, fue cedida por fin la palabra al reconocido Eduardo Lizalde; en su participación no perdió oportunidad para resaltar la figura de su compañero de encuentro, así como para dar lectura a uno de sus poemas más famosos: El tigre en la casa, con versos como “Hay un tigre en la casa/ que desgarra por dentro al que lo mira. / Y sólo tiene zarpas para el que lo espía/ y sólo puede herir por dentro […]”, bridando sólo una muestra de su gran fuerza poética y calidad verbal; la cual fue acompañada para cerrar el encuentro con su polémico poema “Carta urgente al creador del universo”, donde se encuentran versos como “Afortunadamente Dios/ afortunadamente para ti/ no existes”, los cuales otorgan una visión del mundo contrastante a la del mismo padre Ernesto Cardenal, ero lo cual sólo nos muestra un hecho: que no importa las creencias religiosas que se ostenten, la poesía siempre podrá servir como vehículo para un encuentro humano.

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