Arte y Cultura

Amor por las letras, vocación heredada por gusto

Raquel Huerta-Nava heredó las enseñanzas de su padre

“Siempre me dieron libros como dulces”

Son contadas las hijas de los notables escritores mexicanos que siguen sus pasos en el camino de las letras; posiblemente nunca lleguen a superar la obra literaria, poética o periodística de sus padres, sin embargo aplican los conocimientos heredados, las enseñanzas aprendidas y los saberes de las palabra en sus propios escritos, ensayos, artículos y poemas, que constituyen su estilo propio.

Tales son los ejemplos de Laura Emilia Pacheco hija del poeta y escritor José Emilio Pacheco; Estela Leñero Franco hija del dramaturgo, periodista y escritor Vicente Leñero; María Scherer Ibarra hija del periodista y escritor Julio Scherer García; Raquel Huerta-Nava hija del poeta, dramaturgo y periodista Efraín Huerta.

Cada una de ellas, tienen una trayectoria sólida en el periodismo y en la literatura, que habla de su consistencia y del conjunto de conocimientos legados de sus respectivos padres, como es el caso concreto de la escritora Raquel Huerta-Nava, quien nos habló de la relación con su padre y las enseñanzas que le heredó; además de su propia trayectoria como literata.

-“Lo recuerdo como un hombre que vivía entregado a la palabra, que no se permitió el lujo de distraerse. Siempre lo vi feliz como periodista, como poeta, como escritor, dedicado a las letras. A mí siempre me llamaron la atención los libros de historia, más que la poesía en sí; siempre heredas lo que vives en la infancia, a mí nunca me obligaron a leer, a mí me llevaban libros, mi papá y mi mamá (Telma Nava) otra gran poeta, siempre me dieron libros como dulces. Creo que mi vocación por las letras fue heredada por gusto.

-“A mi tocó un papá de tiempo completo a raíz de que lo operaron en 1974, estaba más en casa, ya no andaba de “pata de perro”; si salía pero no como lo hacía cuando estaba bien de salud; a mis medios hermanos no, a ellos les tocó un papá que viajaba mucho. A mi tocó un papá más doméstico con el que convivía bastante, me orientaba, aprendí mucho de él”.

 

Entrevistada en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes donde presentó el libro “Efraín Huerta en El Gallo Ilustrado, antología de la columna Libros y antilibros”, textos publicados por su padre en los periódicos El Día y El Popular, nos expresó lo siguiente con relación a esta publicación editorial que le llevó varios años en recopilar el material periodístico del maestro Efraín Huerta.

-“Fue un trabajo muy ameno; en lo personal te puedo decir que disfrute esta investigación. Es un reencuentro diferente con mi papá”.

 

-Maestra usted ha mencionado que desde niña se interesó por la historia de México, en este renglón tiene varios libros escritos sobre diversos personajes ¿nos podría comentar cuál fue su experiencia con la novela histórica: “El Guerrero del alba”, al grado de que cuando la escribía tenía la foto del caudillo insurgente Vicente Guerrero en el extremo de su computadora?

-Mira, es muy extraño en la vida de un historiador -soy historiadora de formación profesional- tener la oportunidad de cambiar la perspectiva que se tiene de un personaje a un hecho histórico de nuestra historia nacional, creo que eso fue un logro increíble poder cambiar la visión que se tenía de Vicente Guerrero a lo largo de 200 años, esa ha sido mi mayor satisfacción tanto que la gente me reconoce por esta biografía novelada, y me da las gracias por ese libro; me han hecho cantidad de homenajes, me incluyeron en una enciclopedia guerrerense como autora de este libro. Han sido muchas satisfacciones.

Por esta obra literaria la maestra Raquel Huerta-Nava, recibió el Premio Nacional Vidas para Leerlas 1997 otorgado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).

-¿Además de Vicente Guerrero qué otros caudillos y héroes ha tratado usted como historiadora?

-A los de la época de la independencia, estoy trabajando a Leona Vicario desde su vida familiar, su relación como esposa de Andrés Quintana Roo, y como una mujer de convicciones.

-Personajes de la conquista a Gonzalo Guerrero, padre del mestizaje, lectura preferente para jóvenes; Alejandro de Humboldt; Bernal Díaz del Castillo, es un personaje que casi nadie lo ha trabajado. No hay una biografía de él, sólo un texto que yo hice dirigido también a la jóvenes, y tengo pensado trabajar una biografía novelada de Bernal Díaz del Castillo más en forma para todo público.

-¿En su opinión, qué importancia tiene la novela histórica en el gusto de los jóvenes?

-Bueno, cuando está bien hecha, es decir con una investigación sólida, la novela tiene la oportunidad de formar a los jóvenes porque se trata de que sea una narración amena y accesible, en un lenguaje que no los asuste, que no sea académico, lleno de notas a pie de página y este tipo de materiales; la novela histórica nos permite cercarnos al ser humano que está atrás de la historia, o de la historia oficial.

 -¿Usted cree que con la novela histórica se tenga un mejor aprendizaje sobre la vida y obra de los héroes y caudillos, que con los libros de texto?

-Digamos que son formas diferentes de aprendizaje, y yo creo que a la vez la formación convencional no es tan divertida, y cuando aprendemos algo que además nos divierte y nos gusta, lo profundizamos mejor.

-¿Qué importancia tiene para usted como escritora escribir sobre la vida y obra de los personajes históricos?

Es un viaje en el tiempo realmente. Si, tiene su grado de dificultad, porque debe ser muy preciso en cuanto a la información histórica que se coloca en el texto, no poner inventos que no existían. Hay una parte literaria muy fuerte que es hablar de los sentimientos de un personaje, con datos históricos sólidos.

-¿Qué les recomienda a los niños, jóvenes y adultos de ambos sexos para que lean?

Leer novelas históricas porque se van a divertir mucho, además de aprender.

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