Entendemos que la discriminación que hace el Estado Mexicano es un fenómeno social muy peligroso, saber que decenas de personas independiente de su género mueren a causa de tiros, golpes, o algún otro tipo de violencia, es saber, que debemos cuidarnos. Hay que tener muy en cuenta que debemos tratar de reducir la violencia, con medios de protección y de previsión correspondiente al estado como órgano regulador y dador de seguridad.
El primer paso es saber cómo dar esa protección a los ciudadanos en específico a hombres y mujeres, llevando a esta sociedad a un incremento de paz. Las familias, como parte importante del reconocimiento de que todos somos iguales, teniendo los mismos derechos y obligaciones, es decir dar una buena formación al individuo, para que así pueda actuar dentro de la sociedad que lo rodea.
La auténtica educación tiene como fin el desarrollo integral de la persona; por eso debe proporcionar, además de conocimientos, valores, creencias y actitudes; reiterando que todos somos iguales, teniendo los mismos derechos y obligaciones.
La comunicación es prevención porque nos posibilita encontrar un espacio, ser protagonistas, el aprender a respetar al otro; posibilita la capacidad de aceptar el error como incentivo para la búsqueda de otras alternativas válidas y ayuda a superar las dificultades que se presenten, dando alternativas de protección y prevención para hombres y mujeres.
Los jóvenes de nuestro país tienen oportunidades de orientación y canalización de sus frustraciones y en esto dependen de sus familias, la escuela y las instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes pueden cambiar, sin dejar de lado a un Estado que garantice la seguridad que está obligado a dar a mujeres y hombres por igual.
