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Proyecto del Templo Mayor, activo desde 1978

  • Impresionante riqueza que subyace en el subsuelo del centro de la ciudad de México
  • Recuperado más de 50 mil objetos arqueológicos; alrededor de 400 documentos
  • “Me siento orgulloso del proyecto del Templo Mayor”: Eduardo Matos Moctezuma

Por Ricardo FLORES MIRANDA

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Desde que el proyecto del descubrimiento del Templo Mayor de la ciudad de Tenochtitlan dio inició el 21 de febrero de 1978, a la fecha, se han podido recuperar más de 50 mil objetos arqueológicos que permanecieron enterrados por cinco siglos; asimismo, a partir de este importante rescate de vestigios del pueblo mexica se tienen publicados alrededor de 400 fichas bibliográficas y documentos de todo tipo, desde guías, catálogos, libros, tesis de maestría, doctorado y licenciatura como de posgrado.

Uno de los últimos hallazgos de gran importancia es el de un altar llamado el “Huey Tzompantli” (en náhuatl significa muro de cabezas; consistía en una pared o empalizada en la que se ensartaban en una vara las cabezas de los sacrificados en honor a los dioses) localizado hace un par de meses en el subsuelo de las calles de Guatemala, en centro histórico de la ciudad de México.

El fundador del proyecto del descubrimiento del Templo Mayor, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma al informarnos ampliamente de lo anterior nos manifestó que el próximo 21 de febrero se cumplen 39 años de que un grupo de trabajadores de la “Compañía de Luz y Fuerza del Centro” al realizar trabajos de excavación para colocar cableado subterráneo golpearon con una enorme piedra circular con relieves.

“Estos trabajadores al darse cuenta de que se trataba de una piedra grabada avisan al Instituto Nacional de Antropología e Historia, para que manden especialistas y vean de que se trata, y resultó que era la estructura monumental de Coyolxauhqui, esa diosa lunar que resultaba muy importante; de inmediato intervino el equipo de rescate arqueológico del Instituto para salvaguarda la pieza, escavar algunas de las primeras ofrendas, y ya después empezamos de lo que es el proyecto del Templo Mayor,

La piedra era una representación de la diosa de la luna (Coyolxauhqui), ésta se encontraba ubicada en la escalera derecha de la pirámide del Templo Mayor, el cual era el centro ceremonial azteca. El centro del universo de un pueblo: el mexica y ahora después de cinco siglos: patrimonio de los mexicanos.

Nuestro huésped distinguido de la sección “Sello Humano” de BUZÓN ABIERTO, quien es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, del Colegio Nacional, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2007, docente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, con reconocimientos a nivel internacional por su labor como arqueólogo, al abundar sobre la exploración subrayó:

Al comenzar ya las excavaciones hemos rescatado gran parte del Templo Mayor y el recinto ceremonial que lo rodeaba, el cual estaba sepultado al noreste de la Plaza de la Constitución debajo de las calles de Guatemala y Argentina, y se creía perdido desde tiempos de la colonia, tras la conquista de México, ya que Hernán Cortés ordenó utilizar sus materiales para construir en su lugar otra ciudad.

El símbolo del Templo Mayor era el centro del universo para los mexicas o aztecas. Ellos lo consideraban el principal edificio de Tenochtitlan, que era el de mayor altura, llegó a tener cerca de 45 metros de alto y 82 metros por lado, era el lugar por el que simbólicamente se podía subir a los niveles celestes y se podía bajar al inframundo; y como centro del universo partían los cuatro rumbos universales, entonces imagínate de la importancia que tenía esa estructura.

El Templo Mayor tenía dos adoratorios en la parte superior: el de Tláloc y el Huitzilopochtli. El templo con sus dos adoratorios arriba, sus dos hileras de escaleras, y al pie de la escalinata la colocación de Coyolxauhqui.

También, dentro de las excavaciones se encontró un Cha mool y la Piedra de Sacrificios. Al igual hemos encontrado varios objetos que son importantes como son las urnas funerarias, que en su interior una vez una vez analizados había huesos calcinados.

En 1991, cuando ya teníamos información de lo que era el Templo mayor, nos expandimos para conocer lo que era el antiguo recinto ceremonial, la antigua plaza y ver los edificios que había. Fray Bernardino de Sahagún en sus crónicas nos dice que había hasta 78 edificios dentro del recinto ceremonial. Este recinto estaba delimitado por una plaza de 400 metros por lado, casi medio kilómetro, era el lugar habitación de los dioses, a fuera de esta plaza estaban las habitaciones de los nobles, de la gente del pueblo, o sea había la delimitación de un lugar muy sagrado fuera de la gente.

El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien nació en la ciudad de México el 11 de diciembre de 1940, ha dedicado 37 años de su vida al proyecto del Templo Mayor afirma: “en el momento en pudimos entrar a bajo de catedral ¿Por qué? Porque catedral comenzó a sufrir deterioros por hundimiento, los ingenieros planearon hacer una serie de pozos, lo que permitió que entráramos ahí para ver que había debajo, y encontramos restos de edificios, ofrendas, una riqueza enorme de materiales encontrados ahí. No sólo nos enfocamos al Templo Mayor sino nos extendidos más allá, siempre de lo que era esta gran plaza ceremonial mexica. También encontramos debajo de catedral cosas coloniales, o sea cuando se asienta la catedral atrás de ella se construyó lo que era la capilla de ánimas del purgatorio, ahí encontramos la primer piedra de la capilla de ánimas y al levantar la tapa tenía el símbolo cristiano y decía la fecha año de 1721. Año en que había sido iniciada la capilla de ánimas del purgatorio, en el interior de la caja con medallas, con diversas representaciones, monedas.

En la actualidad, en el siglo XXI seguimos encontrando materiales frente al Templo Mayor, como restos de telas de algodón decoradas; asimismo hemos localizado papel, encontramos un pectoral formado por más de 15 mil pequeñas piececillas de piedra verde. Todo esto se ha venido recuperando y restaurando.

En el 2006, el Programa de Arqueología Urbana, que es parte del Proyecto del Templo Mayor, al estar escavando localizó una gran escalinata que corresponde al gobierno del Tlatoani Ahuítzotl. En ese lugar encontramos una escultura monumental de Tlaltecuhtli, señora de la tierra. La escultura de piedra volcánica tiene más de 4 metros por lado y un peso de 12 toneladas; en la parte contraria se encontró la piedra del Sol (24 toneladas) el llamado calendario azteca a finales del siglo XVIII, en 1790; en esta zona también fue encontrada la Coyolxauhqui en 1978 de 8 toneladas. Las piedras de las esculturas posiblemente provenían del cerro del Tenayo. Esculpidas en Tenochtitlán

El prominente arqueólogo en su extensa conversación indicó que se han recuperado más de 50 mil objetos arqueológicos, entre ellos, mucho material animal, es decir restos de águilas, felinos, lobos, serpientes, peces, corales, en fin es impresionante los hallazgos. Al igual cuchillos de pedernal, piezas de oro, orejeras, narilleras, cascabeles y adornos de vestido, etcétera, elaborados en el palacio del Tlaltoani, que estaba abajo del Palacio Nacional. Allí se encontraba el palacio de Moctezuma; nos relata Bernal Díaz del Castillo y Hernán Cortes, de cómo cuando visitaban el palacio se percataron de que tenía gran cantidad de aposentos y que en muchos de ellos estaban trabajando los artesanos, las mujeres hilando haciendo atavíos muy ricos adornados con plumas. Todo ese material que se elaboraba ahí era para llevarlo al templo mayor y a otros edificios.

Para finalizar su plática, Eduardo Matos Moctezuma, acentuó:

Me siento muy orgulloso del proyecto del Templo Mayor. En la actualidad estamos escavando y siguen proporcionándonos información valiosa los vestigios que hemos venido encontrando. La riqueza que subyace en el subsuelo del Centro de la Ciudad de México es verdaderamente impresionante.

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