Se darán los informes de gobierno, los últimos de esta administración. Ni la “Cuarta Transformación” cambió nada, en el estado de México contó con gobiernos sin experiencia e improvisados. MORENA no hizo un cambio, hay problemas severos en distintos municipios, son contados los municipios que están haciendo un trabajo acertado. Son los mismos actores políticos que traen escuela arraigada, son los mismos líderes los que ganaron las elecciones importantes, algunos pequeños cambios, algunas caras nuevas en las administraciones; hay caras nuevas en las legislaturas local y federal.
La soberbia y la corrupción son dos variantes que difícilmente se podrán desmarcar los actores políticos –no se puede generalizar, pero lo hace la gran mayoría-, será parte del atuendo que marca la escensia política. Presidentes municipales, tesoreros, secretarios de los ayuntamientos, directores de área, síndicos y regidores, se encubren entre ellos para no dar a conocer información ilícita o para no desprestigiar a un partido político.
La corrupción será el talón de Aquiles de los gobiernos, por el arraigo cultural que se vive el día con día en nuestras sociedades. La dignidad laboral parece que ha desaparecido, algunos pocos la profesarán, pero no es suficiente para sacar a flote la ética de un gobierno, de un municipio o un Estado. La norma cultural debe encubrir las malas acciones, parece ser el pan de cada día. Se sabe de antemano, la pantomima política y del servidor público que cubre puestos que no están capacitados, en los cuales improvisan políticas públicas que pueden dañar a los gobernados, no sólo eso, cobran salarios exorbitantes por improvisar. Los apellidos pesan en la política, pero no son sinónimo de eficiencia, existen herencias de puestos políticos en los municipios o en cargos de los tres poderes de gobierno: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Estos esquemas de trabajo y corrupción, difícilmente dejarán que se desarrollen en las entidades del Estado de México, donde cada vez hay más pobreza, más desigualdad, no cede la impunidad, es decadente la oferta laboral, y los mejores puestos laborales son para los mejores amigos de la línea política o por negociación política.
No ha cambiado nada en los municipios del estado de México y no cambiará, mientras existan los mismos cotos de poder, las mismas influencias, las mismas caras, que dominan el escenario laboral público, y sean muy pocos los que se beneficien, y dejen de lado la parte profesional y minimicen las capacidades de los mexiquenses. Tendremos buenos oradores políticos mexiquenses, que las palabras se quedan en eso, en discursos políticos.
En estos terceros informes, volveremos a oír los mismos discursos, pero sin resultados contundentes y con nuevos beneficiados –o ricos nuevos- y con municipios endeudados y sin obras o administraciones sanas. Son muy pocos los que se salvan de la corrupción que se vive actualmente.
